Cuando salió la confección del Grupo C, todas las miradas fueron a parar a Boca Juniors y Santos, que se postularon como grandes favoritos a clasificarse. Semifinalista y subcampeón, respectivamente, tenían que vérselas, además de entre ellos, con Barcelona y The Strongest, equipos a priori inferiores en cuanto a rendimiento y calidad individual. Qué bonito es el fútbol cuando decide romper los esquemas, echar a perder apuestas "seguras" y dejar estupefactos a cada uno de los aficionados.
Así ocurrió con el 'Coloso de América', que ha hecho honor a su peculiar apodo en una fase de grupos de Libertadores fabulosa. Los ecuatorianos, contra todo pronóstico, son los primeros clasificados a octavos de final y dejan fuera de ellos a brasileños o argentinos, que se la jugarán en la última jornada.
La Bombonera supo qué le esperaba y el 'Xeneize', no. Los de Russo empezaron el choque ante Barcelona espesos y lentos en ataque, mientras que su rival demostró por qué tenía, y tiene, su bandera en la cima. Con poca posesión, contragolpes rápidos e ideas claras, los de Ecuador apretaron.
La presión asfixiante de los visitantes provocó errores continuos en la salida de balón de Boca, que regaló en varias ocasiones la pelota para que le perforasen su propia portería. Hoyos y Pineda lo intentaron, pero Andrada, de lo poco salvable de la primera mitad, despejó cualquier peligro de su área.
Luego llegó Damián Díaz, dolor de muelas para los argentinos, que probó desde la media distancia y volvió a dejar helados los corazones de los hinchas rivales. No hubo suerte para el 'Coloso de América' y tuvo que marcharse al vestuario sin goles en su cuenta particular. Y los mereció.
Y el cansancio hizo de las suyas
La segunda mitad fue otra. Como una segunda parte de una película totalmente independiente a la predecesora. Buena culpa la tuvo Russo, o su segundo, ya que el entrenador, debido a la sanción recibida en la jornada anterior, no estuvo en el banquillo. El actual campeón de Argentina salió a morder. Aunque a lo mejor, tarde.
Villa y Pavón empezaron a entonarse y buscaron, con desbordes y centros envenenados, que Soldano pudiese rematar. Tévez se relamía los labios con cada ocasión fallada desde el banco. También tuvo las suyas Lisandro López, que se hizo fuerte en los balones aéreos y tuvo la más clara de todo el duelo: le cayó la pelota después de una pifia de Burrai y tenía ante sí el arco vacío, pero intentó asegurar con el interior y la mandó por encima del travesaño.
Ahí sí que gritaron "gol" los seguidores del 'Xeneize', pero quedó en eso, en un simple sonido que no se convirtió en acción. Los ecuatorianos reaccionaron a cuentagotas, principalmente por el esfuerzo de la primera mitad. La gasolina les llegó solo para 45' y no encontraron estación para repostar.
Apretó y apretó Boca. Salió el 'Apache' como salvador, pero no pudo ponerle al partido un final romántico como en esas pelis de 'Disney' en la que todos acaban felices y comiendo perdices. En el añadido de la segunda mitad, Cardona tuvo una falta peligrosísima para poner el 1-0, pero disparó de manera deficiente ante la atenta mirada de sus compañeros.
Pitó el árbitro y se confirmó la clasificación de Barcelona y la eliminación, o llegada a Sudamericana, de Boca o Santos. The Strongest también quiere su cupo. El grupo, una maravilla. Los argentinos son segundos con siete puntos, pero seguidos de cerca por brasileños y bolivianos, que suman seis. La última fecha requerirá que cada persona tenga un desfibrilador al lado por lo que pueda pasar.