El 'Derby della Madonnina' se escapó sin goles y prácticamente sin fútbol. Nadie discute la intensidad y la pasión que Milan e Inter ponen en un encuentro así, pero hace tiempo que ambos equipos carecen de soluciones para presentar a Europa y al mundo un espectáculo futbolístico decente.
Hubo ocasiones, claro, también polémica; aunque prácticamente todo llegó por impulsos y errores. De poco más vivieron los de Spalletti y los de Gattuso, que perdieron una gran opción de afianzarse en puestos europes y de minimizar la desventaja con su gran rival.
La parafernalia inicial dejó paso a un primer tramo de partido soporífero. Mucho toque en horizontal y pocos paseos por las áreas, aunque Rafinha se encontró en el minuto tres una opción majestuosa para el gol. Tardó demasiado el brasileño, algo que repitió durante todo el partido, y dilapidó la buena oportunidad.
Fue el primer acercamiento de un Inter que tembló en el 22'. Tras una falta lateral, Bonucci cabeceó de forma imperial y todo San Siro cantó el gol, aunque el único que celebró fue un imperial Handanovic. Soberbia su estirada para negar el tanto al central italiano.
El Milan se sacudió poco a poco el dominio interista, pero su bagaje ofensivo se redujo a esa ocasión de Bonucci. Icardi, protagonista en lo negativo, aprovechó un balón en profundidad para batir a Handanovic. Lo celebró con todo el equipo, pero el VAR hizo acto de presencia y anuló el tanto por fuera de juego.
Icardi para bien, Icardi para mal
Con el segundo acto llegó el show de Icardi, en este caso para mal. Si bien en la ida fue el absoluto protagonista con un 'hat trick', en la vuelta se quedó con el molde en dos ocasiones que un delantero de su nivel no debe perdonar. Jugándose su presencia en el Mundial, el argentino no le dio razones a Sampaoli para convocarle.
Antes del minuto 60, el Inter hilvanó una de las pocas jugadas al primer toque del choque. De Rafinha a Candreva, que divisó el desmarque de '9' puro de Icardi. El balón le llegó franco al argentino, que golpeó erronéamente y perdonó lo que casi nunca perdona.
El Milan desapareció, esperando alguna contra con la que cambiar el sino del encuentro. No llegó nunca, pero sí un gran gol de Cutrone de chilena. El italiano, capaz de rematar una lavadora que caiga de la estratosfera, se disfrazó de Cristiano, aunque el tanto fue anulado por fuera de juego.
Los dos equipos parecieron conformarse con el empate, dando lugar a un tramo final de partido desesperante. Muchas tarjetas, muchos parones. Cero fútbol. Aun así, el Inter se pudo llevar los tres puntos sobre la bocina. Icardi, otra vez Icardi, falló nuevamente sin portero, aunque en este caso llegó mucho más forzado a la jugada.
Fue lo último que regaló un partido que hace no tanto era mucho más de lo que es ahora. El punto le vale al Inter para conservar la cuarta plaza, mientras que el Milan se afianzó en la sexta, que da derecho a disputar la Europa League.