El día que propició el primer adiós de Torres al Atlético

Eran años de oscuros en Manzanares, el Atlético de el 'Vasco' Aguirre con Fernando Torres como estrella buscaba meterse en la lucha por plazas europeas para dar por terminados los llamados 'años de transición'.
El 20 de mayo de 2007 el Atlético llegaba al Calderón con la idea de intentar aguantar el resultado lo máximo posible e intimidar a la defensa blaugrana con la potencia de Torres y la velocidad de un joven argentino que comenzaba a destacar sobre los demás: Sergio Agüero.
Este planteamiento venía condicionado por el liderato del Real Madrid. Si el Barcelona ganaba en el Calderón, se colocaría muy cerca del equipo blanco y con muchas posibilidades de arrebatarle la liga al eterno rival.
El primer gol del Barça no se demoró mucho. En el minuto 39, Leo Messi hizo con el primero con uno de sus eslálones característicos. El Atlético, viéndose claramente superado, intentaba parar el juego de su rival a base de faltas constantes.
Casi sin tiempo para reaccionar, 'Pichu' Cuéllar, que defendía en esta ocasión la portería rojiblanca, regalaba el 0-2 a Gianluca Zambrotta con una salida en falso que aprovechó el lateral italiano para realizar una vaselina imparable.
El 0-3 llegaría justo antes del descanso de la mano de Samuel Etoo' tras aprovechar otro fallo del portero rojiblanco al no atrapar un centro de Deco.
Ya en la segunda parte, y tras el cuarto gol del Barcelona, el Atlético de Madrid se quedó con diez con la expulsión de su defensa central Fabiano Eller, que junto a su compañero en la zaga Zé Castro estaban realizando un partido desastroso.
En los últimos minutos del partido llegarían los goles de Messi, que hacía doblete y de Iniesta, que pegaba la estocada final al equipo rojiblanco.
Al terminar el partido (0-6), gran parte de la afición se fue riendo del estadio, la humillación fue tomada con humor ya que arrebatarle la Liga al Real Madrid era posible. Pero Torres no aguantó más.
Después de muchos años rechazando ofertas de los mejores clubes de Europa y sosteniendo al equipo rojiblanco, Fernando Torres, con lágrimas en los ojos, decidió que había llegado su final y que las próximas ofertas iban a ser estudiadas.
La economía del club y la situación deportiva obligaban al Atlético de Madrid a vender, y casi sin tiempo para reaccionar, el club informó al jugador y a sus representantes de que habían alcanzado un acuerdo con el Liverpool para traspasar al crack rojiblanco.
Años después, los aficionados y la directiva ven esa venta como punto clave para que ambas partes pudiesen crecer deportivamente. Fernando Torres pudo jugar en un club más grande y el Atlético pudo empezar a construir la base de un equipo que acabaría ganando la Europa League tres años después.