El 21 de Junio de 1982, se veían las caras en el estadio José Zorrilla de Valladolid, las selecciones de Francia y Kuwait, partido correspondiente a la segunda jornada del grupo cuatro de aquel Mundial.
Era la primera participación en un Mundial para el equipo asiático; en su partido debut consiguieron arrancar un meritorio empate frente a Checoslovaquia, mientras los galos venían de caer 3-1 frente a Inglaterra. Aún así, el equipo europeo partía como favorito, cosa que quedó clara cuando antes del minuto ochenta Francia ya ganaba tres tantos a uno.
Fue entonces, en ese mismo minuto, cuando el equipo galo parecía sentenciar el encuentro consiguiendo su cuarto gol: Genghini toca para Platini, que con un exquisito pase habilita a Giresse, que logra vencer al arquero. La defensa rival había quedado inexplicablemente parada ante el ataque francés. Mientras unos celebran el gol, los kuwaitíes protestan haber escuchado un silbato, al parecer desde la grada, y por eso pararon en seco su acción defensiva.
En ese mismo instante, el palco del José Zorrilla se empieza a agitar, un hombre con vestimentas árabes comenzó a gesticular con sus manos, indicando a sus jugadores que se retiraran del terreno de juego en acto de protesta por lo ocurrido. Ese hombre era Fahad Al-Ahmed, hermano menor del Emir de Kuwait, el cual decidió dejar su asiento, atravesar la barrera de seguridad de la Guardia Civil española y personarse en el terreno de juego.
Después de un tiempo de diálogo con su equipo y el árbitro soviético Miroslav Stupar, consiguió que éste anulara el gol a favor de los suyos y que el partido se reanudara mediante un bote neutral.
La grada no aceptó la decisión y empezó a llenarse de silbidos, mientras el equipo francés era ahora el que protestaba la decisión del árbitro. El entrenador Michel Hidalgo acabó expulsado por la reiteración en sus protestas y el equipo francés indignadisimo por la decisión.
Aún así, el partido continuó, un último gol subió al marcador de los franceses a cargo de Bossis, para concluir un partido caótico con un resultado idéntico al que el jeque kuwaití y el árbitro Stupar decidieron modificar.