Hace dos años y medio que Zidane aterrizó en el banquillo del Real Madrid. Tras la destitución de Rafa Benítez, el galo se hizo cargo del vestuario del Real Madrid. Y pocos entrenadores en la historia han sabido gestionarlo mejor que él.
El francés se entregó a su plantilla. Como gran jugador que fue, conectó rápido con las figuras del vestuario madridista, formando un grupo capaz de plantarle cara al Barcelona. El eterno rival que durante la última década había estado por encima del Madrid gracias, en buena medida, a un Leo Messi de otro planeta.
Rápido se reflejó la conexión entre entrenador y vestuario sobre el terreno de juego. Los blancos llegaron a luchar por LaLiga a pesar de estar muy por detrás del Barcelona, pero fue en Milán donde se coronaron tras vencer al Atlético de Madrid en los penaltis. El resto, es historia... tres Champions seguidas y un adiós inesperado.
Cristiano Ronaldo ha sido uno de los más beneficiados de la gloriosa etapa del técnico galo en el Madrid. 'Zizou' le mimó, le convenció que rotar era lo mejor para alargar su carrera y dosificó sus esfuerzos. El portugués contestó con un rendimiento espectacular sobre el césped. Especialmente en Champions, donde su nombre quedará grabado por siempre en la historia.
Así, fueron cayendo una Champions tras otra al mismo ritmo que los Balones de Oro. El astro portugués, que en 2015 quedó por detrás de Messi, se hizo con los dos siguientes galardones de la mano de Zidane. Este mismo año aspira ya a superar al argentino tras hacer historia en Kiev y levantar su quinto entorchado continental.
Aunque no solamente ganó Balones de Oro, también 'mordió las dos ediciones del 'The Best FIFA', Mejor Jugador del año en Europa de la UEFA, World Soccer al mejor jugador del mundo y Globe Soccer Awards. Arrasó en cada uno de los trofeos individuales más importantes.
El binomio Zidane-Cristiano han hecho lo que hasta hace unos años parecía imposible: desbancar a Messi de su trono.