El mundo se echó las manos a la cabeza al ver que la vida en Bielorrusia seguía su camino, completamente ajena a lo que ocurría no ya en el resto de Europa, sino a nivel global. Y la aparición de varios positivos entre los futbolistas profesionales no parece que vaya a cambiar nada.
Se han aplazado los partidos del FK Minsk y del Arsenal Dzyarzhynsk. Y ya. El fútbol sigue su curso en Bielorrusia con total normalidad. Este jueves se juega uno de los dos partidos programados de la Liga de Reservas, y el viernes vuelve la Premier League con el Torpedo Zhodino-Gorodeya.
El Minsk ha sido uno de los clubes que se ha visto afectado por los positivos, y sus partidos de esta semana han sido aplazados. La Liga no tiene la menor intención de paralizarse por ello.
¿Serán de verdad los primeros casos? De ser así, es sorprendente que, tras dos meses ignorando la pandemia, jugando con público y sin restricciones, el virus haya tardado tanto en golpear al fútbol bielorruso.
Bielorrusia tiene en estos momentos casi 26.000 casos confirmados, de los cuales 146 fallecieron. No se ha impuesto ningún tipo de confinamiento o restricción, y el presidente Lukashenko, denominado por Occidente como el último dictador de Europa, pone a su país como ejemplo a seguir en la lucha contra el coronavirus.
Solo se jugó uno de los dos partidos de la Liga de Reservas programados para este jueves, el que enfrentó a los suplentes y canteranos del Torpedo Zhodino con los del Gorodeya. Y el resultado fue abrumador.
El Torpedo se fue al descanso ganando 7-0 a su rival. El resultado final se maquilló un poco. Pero poco. Acabó 9-4 a favor de los locales, que en la segunda parte se mostraron algo menos inclementes con su rival.