El nombre del estadio en el que juegan los 'Xolos' de Tijuana ya da mucho juego. Pero se convierte en toda una mina cuando el partido va subiendo de temperatura con el paso de los minutos.
En esta ocasión, el Estadio Caliente recibía la visita de Tigres en un duelo en el que los dos equipos luchaban por no desprenderse de la cabeza. Al final, el empate dejó insatisfecho a los dos equipos.
Pero más a los 'felinos', que dominaron el partido durante un gran tramo hasta los últimos diez minutos de la primera mitad, momento en el que al colegiado se le cruzaron los cables y comenzó a lanzar amarillas a diestro y siniestro.
En un espectáculo esperpéntico, Montaño Robles llegó a sacar hasta cinco cartones amarillo y uno rojo en cinco minutos. El choque, que hasta ese momento tuvo ritmo, se frenó del golpe y porrazo.
Justo antes de todo el lío, Tigres había conseguido al final romper la defensa de Tijuana y superar los ocho brazos que parecía tener Lajud. Celarayán, Gignac, Pizarro y Carioca no tuvieron fortuna hasta que se cumplió la media hora.
Si no se podía llegando hasta la cocina, había que probar otros medios. Fue Zelarayán quien, desde unos 20 metros, soltó un latigazo que tocó en el palo antes de llegar al fondo de las mallas.
Dos minutos después llegó el lío de las amarillas que terminó con Tigres ganando el partido pero jugando con diez tras la expulsión de Quiñones por protestar con bastante tranquilidad su primera amarilla.
Tras el descanso y, lejos de calmarse los ánimos, siguió el festival arbitral. Los universitarios se quedaron sin entrenador por la segunda amarilla a Ricardo Ferretti y no acabó ahí la cosa.
Cruz, defensor de Tijuana, vio una amarilla por un grave pisotón. El VAR entró en acción y le dijo Montaño que mirase la repetición. Cambio de planes, el jugador de los 'Xolos' se fue con su roja al tunel de vestuarios.
Pudo sentenciar Gignac al contragolpe ya con las fuerzas igualadas, pero no tuvo su día ni sus compañeros de ataque tampoco. En el 85' el francés le cedió un balón a Valencia para que sentenciase.
Solo ante Lajud, el futbolista de Tigres cortocircuitó y estrelló el cuero en el portero. Y, claro, si perdonas, lo acabas pagando. Aunque vaya forma de pagar tuvieron los de Nuevo León.
Ya en el tiempo añadido, el árbitro señaló un penalti bastante discutible de Guzmán. Ni siquiera el VAR le hizo cambiar de idea y así, en el 94, Bolaños puso el empate definitivo en el marcador.