Y es que, el delantero no tuvo mejor idea que festejar llegando a la grada en la que los aficionados de su equipo celebraban el gol para coger un vaso de cerveza de uno de ellos y beberse todo su contenido de un trago a trago.
Está claro que al entrenador no le gustaría mucho esta 'refrescante' celebración, pero seguro que más de uno firmaría poder echarse una cervecita tras hacer que el balón bese las redes rivales.