Pese al empuje que demostró el equipo local desde el inicio, el Excelsior tomó la iniciativa. Tuvo que sobreponerse a un tempranero gol en propia de Koolwijk que le dio el primero al Rotterdam, pero una vez que puso sus argumentos sobre la mesa cambió el encuentro.
Tan sólo 15 minutos más tarde, Hasselbaink puso igualdad en el marcador, allanando el camino de la remontada y, justo en la última jugada antes del descanso, Elbers colocó el segundo. Golpe psicológico.
Hasselbaink volvió a golpear poco después del descanso para colocar un 1-3 provisional que sólo Pusic, en el 88', puso desfigurar.