Torres peleó hasta la línea de fondo y recuperó un balón que parecía perdido. En el corazón del área, esperando el pase de la muerte, estaba su compañero Mu Kanazaki. Y para él fue el balón.
El centro quizá no fuera el mejor, mordido y demasiado fuerte, pero el control de Kanazaki tampoco ayudó. Su disparo finalmente pegó en Nishikawa y la oportunidad se perdió.
¿Y qué hizo Torres? Había peleado por ese balón, y pudiendo haber probado al portero con un tiro al palo corto, se la pasó a su compañero, con nefasto resultado.
Otros hubieran montado el espectáculo. Gritos, voces, aspavientos. Incluso aunque sean el 'chico nuevo' del equipo, como es Torres en el Sagan Tosu. Pero 'el Niño' no es así.
Fernando Torres, tras llevarse las manos a la cabeza en un gesto de sincera incredulidad por lo que su compañero acababa de fallar, fue de inmediato a darle un abrazo y una palmada en la espalda. No entró en esta ocasión, ya llegará la buena, parecía decirle.
11 de agosto de 2018