Ser un equipo pequeño supone que no muchos de tus jugadores se marcharán con sus selecciones durante los parones internacionales. Por tanto, durante casi 15 días, el club debería mantener el ritmo para no perder forma.
En Segunda la Liga sigue, pero en Primera se para, por lo que el Girona ha buscado un rival que les ponga a prueba pero, sobre todo, que permita al club, a la plantilla, mantener el ritmo competitivo.
El elegido ha sido el Montpellier, cuya fama a nivel europeo ha experimentado un notable auge tras empatar en casa contra el todopoderoso PSG y otro fuera al Mónaco de forma consecutiva.