Óscar Fernández, Pedro Emanuel, Guti, Nandinho y José Gomes no lograron alcanzar el objetivo con el que Turki Al-Sheikh les dio las riendas del primer equipo. Posiblemente, el saudita tampoco tuviera demasiada paciencia con alguno de ellos, pero lo que parece -casi- seguro es que Rubi se unirá a la lista de las decepciones de la era del jeque del Almería.
Los indálicos tienen 90 minutos, el partido de vuelta en el Juegos del Mediterráneo, para arreglar lo que hicieron este miércoles en Montilivi. Enfrente estaba, con total seguridad, el mejor Girona de la temporada, pero la imagen del equipo andaluz no fue ni mucho menos la esperada. Desde luego, distó mucho de lo esperado en la ciudad bañada por el Mediterráneo.
Lejos de hacer leña del árbol caído, el mérito del resultado obtenido en la ida de las semifinales del 'play off' de ascenso a Primera División fue de Francisco Rodríguez y de sus pupilos. Cuando sus detractores hablaban de su salida y de su posible sustituto -¿Sergio Pellicer?-, el entrenador catalán llegó a la cita más importante del curso lanzado y, llegado el momento, armó un equipo que avasalló a su primer escollo en el camino hacia la la categoría de oro del fútbol español.
La pesadilla llegó en la primera fase del sueño
El Girona sumó 22 de los últimos 24 puntos en Liga y demostró desde el minuto 1 que su útlimo arreón para alcanzar la zona privilegiada de la tabla no fue casualidad. Y es que los albirrojos no tardaron ni 120 segundos en poner de cara la eliminatoria. En el 2', Gerard Gumbau mandó un caramelo al área a balón parado y Yoel Bárcenas, que llegó solo desde atrás, abrió la lata de cabeza.
La clave del partido residió en la defensa del Almería. Los indálicos pecaron de falta de contundencia, estuvieron blanditos en muchas acciones que terminaron en ocasión o gol para los locales y, en definitiva, mostraron una sorprendente sensación de inseguridad. Prueba de ello, el 2-0, que llegó ¡solo tres minutos después!
Tras un balón desde el centro del campo que la mayoría de rojiblancos presentes miraron, Bárcenas recogió el cuero en la derecha y lo cedió al espacio para Mamadou Sylla. El senegalés ganó la línea de fondo y sirvió al segundo palo para que Yan Couto aumentara distancias a placer, libre de marca.
El Almería ni siquiera había aterrizado en Montilivi y ya tenía dos goles de desventaja en el electrónico. Los Umar Sadiq, José Carlos Lazo y compañía -José Corpas fue suplente- ni siquiera habían sido mencionados cuando Makaridze tuvo que recoger el balón del fondo de la red dos veces. Pero sí, todavía había más. Lo peor fue la imagen de un equipo entregado, dispuesto a recibir el tercero si los de Francisco Rodríguez así lo deseaban.
La formación andaluza, ya pasada la primera media hora de juego, comenzó a despertar. Umar Sadiq llevó el primer "uy" de la noche al banquillo visitantes y, sobre todo tras el paso por los vestuarios, con la entrada de Corpas, los indálicos comenzaron a generar peligro sobre la portería defendida por Juan Carlos. Lazo, poco antes de alcanzar la hora de juego, también se quedó a milímetros del gol.
De la reacción al mazazo
Un tanto que, quizás, hubiera cambiado el enfoque de esta crónica, pero la realidad es que esa diana no llegó y el que terminó volviendo a marcharse al córner de celebración otra vez fue el Girona. Pocos antes de llegar al ecuador del segundo tiempo, Sylla le puso el broche a su magnífico partido valiéndose de la pasividad defensiva de Akieme y Morlanes y de un excelso taconazo de Bárcenas de espaldas a la portería.
Quedaban 20 minutos para la conclusión y el Almería estaba a un solo gol de volver a meterse en la eliminatoria, pero fueron Ibrahima Kebe y Nahuel Bustos los que se quedaron a las puertas de convertirse en protagonistas. El 4-0 hubiera sido demoledor.
Con tres goles de desventaja, aunque es complicado e improbable, más aún tras el partido de este miércoles, los de Rubi intentarán darle la vuelta al electrónico el sábado en el Juegos del Mediterráneo, aunque, ahora, la pelota está en el tejado del Girona. Son los albirrojos los que encarrilaron su billete para la final y son los de Francisco Rodríguez los únicos que pueden dejar escapar esta oportunidad de oro de luchar por un puesto en Primera División.