Lo que nadie se podía esperar hace un año es una realidad. El Granada ha culminado una temporada de ensueño con una victoria con soltura ante el Athletic Club y el premio de jugar la próxima temporada en Europa.
El cuadro 'nazarí' salió muy concentrado al campo ante unos 'leones' que rotaron mucho. Aun así, la primera ocasión llegó en las botas de Villalibre, pero Rui Silva solventó el mano a mano con muchas tablas.
Poco a poco el Granada fue haciendo su juego. No le importó esperar y presionar la salida de balón, hasta que un pase atrás de Capa se quedó cortó y llegó el primer tanto.
Roberto Soldado volvió a ser el más listo de la clase al cazar el esférico y picar el balón por encima de Herrerín, que se quedó a media salida. El Granada daba el primer paso.
Las noticias iban volando de un lugar a otro. Los móviles echaban humo en las gradas hasta que llegó el descanso. Garitano no daba el partido por perdido y movió el banquillo durante el receso.
Yuri entró al terreno de juego. Los miedos por el verdugo de la Copa del Rey estaban ahí, hacían temblar al aficionado 'nazarí'. Pero solo fue un espejismo, porque este Granada no le teme a nada.
Carlos Fernández y Soldado se inventaron un contragolpe que terminó culminando Puertas a pase de Carlos Neva. Segundo tanto... y en el resto de partidos si iban cumpliendo los resultados necesarios.
El Athletic buscó recortar distancias, pero la mente de Diego Martínez funcionó de nuevo a otro nivel. Dio entrada a hombres rápidos y consiguieron explotar las carencias de los 'leones'.
Faltaba todavía un tanto más. Carlos Fernández era el único del trío de ataque que no había marcado y no se iba a marchar sin mojar, a pase de Puertas tras una jugada por la línea de fondo.
Ya en el tiempo añadido redondeó la historia el Granada con el cuarto tanto de Montoro. El fútbol se lo debía a uno de los mejores jugadores de la entidad y más querido por la afición, que este curso pasó un via crucis de lesiones.
El colegiado pitó el final, pero no todo estaba cerrado. Un gol del Getafe en La Nucia podía terminar con el sueño, pero ese tanto no llegó. Cuando la noticia aterrizó en el Nuevo Los Cármenes los jugadores explotaron. Un sueño que parecía imposible.