El Granada respondió al desafío del Málaga y triunfó en la siempre complicada visita a Lugo para seguir dando pasitos hacia Primera. Los de Diego Martínez fueron solventes en un campo siempre complicado y, pese a no mostrar un juego brillante, sí que fueron tremendamente efectivos.
El choque comenzó con el Lugo llegando algo más, pero con muy pocas ocasiones. Aburjania y Lazo dispusieron de las primeras, pero la más clara la tuvo el Granada, con un centro de Montoro que rozó Puertas y se estrelló en el palo, con Rodri perdonando de manera inexplicable en el rechace.
Acto seguido llegó el primero, en un lanzamiento de falta de Vadillo en el que se abrió la barrera y ante el que no pudo hacer nada Juan Carlos.
El gol reforzó la idea de los andaluces, que controlaron los últimos compases de la primera parte e incluso dispusieron de alguna ocasión más en las botas del motivado Vadillo.
Tras el descanso, el Lugo vio que el Granada no era tan sólido como dejaba ver y comenzó a poner en aprietos a los visitantes. Quini sacó un remate a su propia portería de Germán y, cuando mejor estaban los gallegos, el Granada logró ampliar la diferencia. Fue en un penalti de Josete a Rodri que Adrián Ramos, que acababa de entrar, no perdonó.
Lejos de sentenciar el choque, el 0-2 espoleó aún más a los locales, que cobraron aún más esperanzas de puntuar con el 1-2, anotado por Cristian Herrera en área pequeña tras jugada de Aburjania sólo tres minutos después del segundo del Granada.
Los últimos instantes mostraron a un Granada conservador y a un Lugo hiperactivo, demasiado ansioso como para puntuar ante un conjunto que sigue sólido y sin apeans fisuras hacia el regreso a Primera.