Hubo varias sorpresas en la primera ronda de la Copa Alemana con los equipos de Bundesliga. Y a punto estuvo de consolidarse otra más, porque los pupilos de Alfred Schreuder coquetearon con la deblace.
Una realidad inimaginable a los 54 minutos, cuando Bebou puso el 0-2 en el electrónico. Ya en la primera parte Kaderabek había hecho ver la diferencia de calidad entre uno y otro.
Pero la magia de la competición a un partido y que los locales no tiraran la toalla permitió alargar el partido mucho más. En apenas siete minutos, del 68 al 75, entre Kaufmann y Vrenezi (este, de penalti) lograron las tablas.
Ya advertido, en la prórroga el Hoffenheim consiguió el tercero, merced a un tiro de Szalai en el minuto 99. Aun así, la porfía local dio éxito a seis para el final; Pfeiffer desató la locura una vez más.
En la tanda de penaltis pudo haber pasado de todo. Una vez más, parecía hecho cuando el autor del 1-2 marró su penalti en el tercer disparo. Rupp, con tiro para sentenciar, también falló el suyo y reactivo la tensión.
Pero el acierto de Posch y el error posterior de Hansen despertaron a los locales del sueño y al Hoffenheim, de la pesadilla.