Se puede decir que el 'Expreso de Cardiff' es el hombre de las finales en el Real Madrid, con permiso, obviamente, de Sergio Ramos. El ex del Tottenham ha jugado en siete finales con el Real Madrid y ha estado presente en un total de seis goles (tres tantos y el mismo número de asistencias).
Su idilio con las finales comenzó en Mestalla, cuando, con una cabalgada increíble que dejó en bastante mal lugar a Bartra, desempatando la final de la Copa del Rey de 2014 a pocos minutos del final. Semanas más tarde, anotó el 2-1 de la prórroga frente al Atlético en la final de la 'Décima'.
A finales de ese mismo año, Gareth aportó una genial asistencia a Cristiano en la Supercopa de Europa ante el Sevilla. Para rematar el 2014, sentenció la final del Mundial de clubes aprovechando un pase del malagueño Isco.
La final de la Champions de 2016 en Milán también tuvo color blanco gracias, en parte, a él. Peinó el balón que le cayó a Ramos en el 1-0 y anotó su penalti en la tanda de penaltis.
Menos protagonismo tuvo en uno de los días más agridulces de su carrera. Bale no fue titular en Cardiff al llegar a la final frente a la Juventus muy justo tras una lesión, pero tuvo varios minutos en los que dejó buenos detalles. En la Supercopa frente al United sí fue decisivo, dándole un gol a Isco que acabó siendo imprescindible para el título.
Bale es el talismán blanco en las finales. Y ahora, tras recuperar sensaciones de la mejor manera en las semifinales, vuelve a poner su punto de mira en una. Es posible que no sea titular, pero parece que nadie duda que tendrá minutos. Grêmio no se librará de verse las caras con el hombre de las finales.