La etapa de Ernesto Valverde en el Barcelona quedó marcada (y probablemente herida de muerte) por los dos fracasos de Roma y Anfield. El Barça pedía a gritos un soplo de aire fresco, pero quizás el problema no estaba tanto en la dirección como en el estado físico de algunas leyendas ya en la última etapa de su carrera.
Sin embargo, con todos sus altibajos, el período del 'Txingurri' al frente del Barça fue bastante bueno. Logró dos Ligas, una Copa del Rey y una Supercopa y, por momentos, amargó la vida al Real Madrid tanto en casa (5-1 en Liga) como fuera (0-1 y 0-3). Su equipo, digamos, compitió de tú a tú a los principales equipos de Europa independientemente de lo que pasara en Roma, Liverpool o en otros partidos en los que el Barça volvió con buen resultado pese a no dar una buena imagen, como en Londres ante el Chelsea.
Desde su marcha, el conjunto 'culé' prácticamente no ha vuelto a saborear la victoria en un encuentro de gran entidad. Llegó Quique Setién y enseguida, en el 'Clásico', quedó claro que el cargo le venía grande. 2-0 ganó un Real Madrid que le birló la Liga al Barcelona tras el parón por el COVID-19. Uno de los resultados que alejaron a aquel equipo del título fue el 2-2 ante el Atlético de Madrid en el Camp Nou. No tuvo más partidos de difícil digestión el técnico hasta la catástrofe de Lisboa ante el Bayern de Múnich.
Ya con Koeman en la 2020-21, el Barça continuó sin poder hacer frente a los equipos importantes del campeonato (perdió 1-3 y 2-1 los 'Clásicos' y sumó otra derrota por 1-0 y un 0-0 ante el Atlético) y, en Europa, todo se torció tras el sorprendente 0-2 con el que el Barça conquistó Turín. El cuadro azulgrana cayó por 0-3 en el último partido de la primera vuelta, lo que le condenó a jugar contra el PSG en los octavos de final de la pasada Champions League.
El 1-4 del Camp Nou fue igualmente revelador. Koeman le dio el balón al PSG y los franceses machacaron con él y a la contra a un equipo muy tocado. La reacción de la vuelta tampoco dio para saborear una victoria ante un equipo 'top', pues el 1-1, tras un buen partido, terminó siendo un resultado muy escaso.
Bayern (0-3), Benfica (3-0), Atlético de Madrid (2-0) y Real Madrid (1-2) han puesto de manifiesto que este equipo no está ahora mismo para pelear con la élite europea. Lo que el Barça debe discernir ahora es si es cosa de la plantilla, como se ha venido vendiendo desde hace un tiempo, o del entrenador, quien ha esquivado ya varias crisis y por ahora no corre peligro.