Lukaku ha caído de pie en Milán. El delantero marcó su octava diana en 13 partidos y sigue dándole motivos a Antonio Conte para que siga siendo el delantero titular.
Esta vez, el belga presumió de olfato goleador. De la caña, que se suele decir en el mundo del fútbol. Y lo hizo en el momento más crítico del Inter en Dall'Ara.
El Bologna ganaba gracias al tanto de Roberto Soriano en el 59', pero Lukaku cazó un rechace del portero tras un disparo de un compañero para igualar la contienda en el 75'.
Su aportación no quedó ahí y en el minuto 90 presumió de sangre fría. Aceptó tirar el penalti que acabó dándole la victoria al Inter y no falló para sumar su novena diana.