"Hasta hace poco, Rodri tenía un Opel Corsa de segunda mano que compró a una señora cuando se sacó el carné", desveló Valentín.
El por entonces jugador del Villarreal se vio en la obligación de cambiarlo por uno mejor, pero de no haber sido por ello, se habría quedado con su Opel. "Le aconsejaron que se comprara uno mejor por seguridad y por los viajes que hacía de Madrid a Castellón", continuó su amigo.
Y es que a Rodri le cuesta entender a los que derrochan sus ahorros en vehículos: "No entendía lo de gastarse un dineral en un coche. De hecho alguna vez me comentaba que algunos compañeros estaban locos por los cochazos que se compraban, que lo importante era que te llevara y ya está".
Rodri es un tipo de la calle, humilde. Nunca se le subió la fama a la cabeza. Otra anécdota que contó su amigo es que, cuando dio el salto a Primera, aún vivía junto al resto de estudiantes en la residencia de la Universidad de Castellón.
Un futbolista centrado al que los lujos no le importan. Lo único que le importa a Rodri es su futuro y, por lo que deja ver en cada encuentro, está llamado a ser uno de los grandes jugadores del fútbol español.