Los aficionados rusos del Spartak se hicieron notar en los alrededores del Sánchez Pizjuán, pero muchos de ellos lo hicieron de la peor manera posible, provocando lamentables disturbios.
Una de las escenas que han dejado estos incidentes fue una en la que algunos de los ultras ultras rusos que se quedaron sin entrada, agredieron a un señor de avanzada edad que portaba una pancarta anti-Putin, le quitaron el bastón y le tiraron al suelo.
La policía tuvo que cargar contra muchos de ellos. Además, tamvién tuvieron que cerrar las puertas del estadio sevillistas para evitar que muchos de estos ultras se colaron en el interior.