La Primera División siempre termina por sorprendernos. Un equipo dolorido por las últimas dos goleadas que ha recibido (ocho goles encajados) ha sido capaz de vencer en la casa de la auténtica revelación de la temporada.
El trabajo de los de Paco López fue incansable de principio a fin. El guion, bastante claro: una defensa sólida que vaya reduciendo poco a poco el ímpetu inicial -y habitual- del Granada en sus encuentros como local.
Sin embargo, el Granada tiene muchísimo fuelle y ganas de contentar a su afición. Por ello, volvió a dominar de cabo a rabo el partido, con la diferencia de la última victoria ante el Alavés por 3-0 en el acierto. La fortuna no sonrió a los de Diego Martínez.
Vadillo cogió el mando del ejército de ataque rojiblanco, que volvió a contar con Carlos Fernández acompañando a Soldado. El extremo nazarí empezó a desequilibrar y Neva, sustituto de Quini por su grave lesión, estuvo a punto de aprovecharse de su magia en un desdoble por la izquierda.
Consumida la primera media hora de choque, el Levante ganó terreno y metros gracias a las buenas contras lanzadas desde la zaga. Rochina, en ese sentido -y en otros muchos-, fue esencial para sacar el balón buscando a Roger en la espalda de la defensa nazarí.
Morales metió el miedo en el cuerpo del Granada con un recorte sensacional en el área y un derechazo a la escuadra que solo pudo repeler el larguero. Se llegó al descanso con 0-0, multitud de alternativas en ambas área y mucho por disputar.
El paso por vestuarios sentó bien al Levante: primero avisó Miramón con un gran recorte y un disparo envenenado. Se lo creyó el equipo de Paco López, que plasmó su gran entrada al segundo tiempo con un zurdazo marca de la casa del ex granadinista Rochina. Gol imparable y muy bello.
Pero hace falta mucho más para tumbar al Granada. Diego Martínez acertó con los cambios y, cumplida la hora de encuentro, Machís fusiló con un gran testarazo a Aitor Fernández. Otra asistencia de Víctor Díaz desde la derecha, y ya van cinco.
El punto negativo lo puso Miramón con su lesión, que le obligó a salir sustituido por Coke. Otra baja más en la zaga para Paco López. El partido entró en una fase de tanteo para ver quién daba más por llevárselo. Hasta en la subasta por la victoria estuvo igualado.
Con cuentagotas y buenas intenciones, el Levante subió sus líneas de presión y se hizo dueño del partido. Acumuló hombres en territorio rival y acabó encontrando el premio con un misil teledirigido de Bardhi que sirvió para terminar de bombardear al Granada. Al final, sorpresa y 1-2. Ambos equipos, instalados en la zona noble de la clasificación.