El Lille mantuvo su línea errática de la temporada, volvió a pinchar este viernes al empatar sin goles en su estadio frente al Metz y se atascó de nuevo en su intento de acercarse a los puestos europeos.
El vigente campeón de la Ligue 1 no consigue levantar cabeza. Últimamente, cada vez que consigue un buen resultado, no tiene continuidad y acaba cediendo puntos en el siguiente partido. Si la semana pasada ganó 0-1 al Montpellier para cortar una racha de dos derrotas seguidas, este fin de semana inauguró la vigesimoquinta jornada con un empate.
Además, mostró una imagen poco halagüeña. Enfrente tenía al último equipo que ocupa una de las posiciones de descenso y apenas pudo generar ocasiones de gol durante los noventa minutos de un duelo gris, aburrido y espeso que estuvo a punto de aplazarse por culpa de una fuerte tormenta.
Solo el canadiense Jonathan David, a falta de algo menos de media hora para el final, pudo romper el tedio con una gran ocasión que culminó con un mal disparo que detuvo el portero Marc-Aurele Caillard.
Eso fue todo lo que ofreció el Lille, que, al final, en el tiempo añadido, perdió los nervios y se quedó con un hombre menos por la expulsión de Edon Zhegrova, que piso el tobillo de Ibrahim Amadou.
Y, como colofón final, el técnico Jocelyn Gourvennec también vio una cartulina roja tras perder los nervios en el banquillo. Ahora, el Lille sube provisionalmente hasta la novena plaza y está, con un partido más, a un punto del Rennes, último club que jugaría la próxima temporada en Europa.