El fútbol es engañoso. El Liverpool solo ha conseguido un gol y podría haber perdido dos puntos en el descuento. Sin embargo, el partido del equipo de Klopp ha sido el más completo de todos los que ha jugado al mando del técnico alemán.
Klopp salió ofensivo, con Origi, Coutinho, Lallana y Firmino; prácticamente tres delanteros y medio. Y el plan funcionó: presión alta, ritmo alto, equipo trabajador... El Liverpool se parecía a su técnico.
Dominó durante casi todo el partido, cosa no especialmente llamativa ante el Leicester. Pero sí sorprende que neutralizara la confianza y el potencial del equipo de Ranieri, que apenas inquietó a Mignolet más que en 2-3 ocasiones.
Cierto es que no se sucedieron las ocasiones, pero sí el control del partido. El Liverpool logró marcar después de un centro de Firmino gracias a Benteke, que había entrado por Origi, lesionado tras jugar un notable partido. El ex del Villa aprovechó su olfato para empujar un balón al palo contrario de Schmeichel.
A partir de ahí, más trabajo y más balón para el Leicester, que no inquietó demasiado aunque lo intentara. Lo más curioso del partido sucedió en el minuto 94, cuando el portero del líder subió a rematar un córner y el Liverpool corrió la contra. Benteke falló con tan solo un defensa por delante. Una jugada hilarante que casi le cuesta al Liverpool el empate en la siguiente jugada.
Así, el Leicester se queda a merced del Arsenal (dos puntos menos que los de Ranieri), del que dependerá el nombre del líder al acabar esta jornada 18 de Premier League.