Según datos del partido recopilados por 'AS', el Real Madrid recuperó 13 balones arriba y cometió ocho de sus once faltas en el campo del contrario. Datos que dan fe de los metros de adelanto con el que jugó el equipo.
El juego madridista mejoró bastante respecto a la imagen mostrada contra el Atlético en la final de la Supercopa europea. Ese aspecto fue de las causantes.
La alta presión fue uno de los primeros rasgos identificativos del Barcelona de Pep Guardiola, que marcó una clara hegemonía con un estilo muy reconocible.
Es justamente lo que pretende Lopetegui en su desembarco en el Bernabéu. La posesión y la movilidad, otros de los rasgos que caracterizaban ese modelo azulgrana con el técnico de Santpedor, son otras de las asignaturas con las que trabaja intensamente el ex seleccionador nacional.
De hecho, el Madrid acaparó el esférico contra el Getafe y llegó a estar cerca del 80% de posesión según las estadísticas del encuentro. De hecho, fue el tercer mejor partido de la última década en ese aspecto.
Benzema, Marco Asensio e Isco, tres de los jugadores más avanzados del equipo, robaron dos esféricos cada uno, prácticamente la mitad de los que llegó a recuperar el Madrid contra los de Bordalás.
El equipo de Florentino Pérez, por historia, siempre está obligado a competir por todos los títulos. Ahora también es obsesión del nuevo entrenador hacerlo con un juego preciosista y que engancha a los aficionados.