Se va 2020, el año en el que el Real Madrid recuperó el trono liguero tras varios años a la sombra del Barça, y lo hace sin síntomas de que los blancos puedan repetir hazaña. Emerge como favorito un Atlético de Madrid que no falla hasta cuando no es brillante. Aunque los del Cholo no se consideran favoritos, lo son. Lo son tanto por la facilidad con la que sacan los partidos adelante como por los cada vez más constantes tropiezos de Barcelona y Real Madrid. ¿Quién les va a plantar cara si no?
Los 'merengues' fallaron en Elche. Era una plaza a priori asequible para un equipo en racha y que parecía haber olvidado las dudas del comienzo de temporada. Pero retornó al once Marcelo, en un vano intento de Zidane de reenganchar a uno de los símbolos de la reciente etapa gloriosa, y volvieron los problemas. No tuvo toda la culpa el brasileño, que aun así volvió a dejar claro que está muy lejos de su mejor versión.
A pesar de que los locales no variaron ni un ápice su planteamiento y le buscaron las cosquillas al Real Madrid, los de Zidane supieron hacerse con el mando desde muy pronto. El guion del partido parecía ser una copia mala de los últimos. Kroos pudo poner el 0-1 a los tres minutos. Era cuestión de marcar y economizar. Algo sencillo, que los blancos cumplieron a rajatabla en el final de la pasada campaña y que parecían haber reaprendido en las últimas semanas.
No llegó el gol en esa acción y el Elche encontró ilusión y aire en el tobogán de la banda de Marcelo. Avisó Rigoni y se topó con Courtois, pero también el brasileño quiso demostrar que no está acabado con una volea que se estrelló en el larguero y no fue gol de milagro.
Entre carrera y carrera de Marcelo hacia adelante y de Rigoni a su espalda llegó el tanto que desequilibró el choque. Asensio, otro con ganas de reivindicarse, se topó de nuevo con el travesaño, pero Modric, mucho más atento que la defensa del Elche, cabeceó a la escuadra el 0-1.
Del gol a la relajación
El partido, frío como la noche en Elche, no había sido de emociones fuertes, así que Figueroa Vázquez optó por agitar un poco los ánimos al señalar un penalti a favor del Real Madrid en un despeje ¡con la rodilla! de Víctor. Por suerte para los de Almirón, ausente por COVID-19, había VAR.
No ocurrió mucho más en una primera mitad en la que todo parecía estar bajo control para el Real Madrid. Los blancos atrapaban al Atlético, metían presión de cara al inicio de 2021... todo parecía tan propicio que los 'merengues' se empeñaron en estropearlo tras el descanso.
Aunque los blancos intentaron mantener el esférico, el Elche enseguida vio que las vibraciones de los de Zidane no eran las mismas. Y pronto le complicó el choque al técnico francés. Carvajal, otro que estuvo brillante en área rival y disperso en la propia, agarró de forma demasiado evidente a Barragán. Fidel transformó la pena máxima y neutralizó la diferencia de un equipo blanco que aún tenía mucho tiempo por delante para arreglar el lío.
Sin embargo, si el Barça es una sombra del de las últimas campañas, el Real Madrid confirmó que no está mucho mejor. Ni Lucas, pese a que no dejó de intentarlo, pudo ser un factor diferencial. El gallego ha perdido esa pizca de sorpresa y lleva ya unos cuantos partidos alejado del nivel brutal que ofreció hace un par de meses.
Un minuto loco pudo ser letal para el Elche, pero Badía mostró su clase ante Carvajal y sus reflejos en una salida rápida a los pies de Ramos, que ya era delantero... a los 70 minutos.
Fueron las únicas ocasiones blancas, pero no las del partido. Boyé, un incordio durante todo el choque, disparó al palo en la enésima carrera con la lengua fuera de Marcelo persiguiendo a Rigoni. Y Verdú, tras otra falta evitable de Carvajal y ya en la última acción del partido, provocó la ya clásica parada de cada partido de Courtois para que el Real Madrid al menos salvara un punto. La sensación, sin embargo, es que volaron dos, precisamente los que el Atlético, candidatísimo al título, le saca a un campeón que despide 2020 brillando más por el mal momento de su eterno rival que por su buen fútbol.