Duelo de históricos en La Rosaleda que se resolvió con un aburrido empate entre ambos equipos. Insuficiente para los malaguistas, que merecieron la victoria ante un conjunto gijonés al que el empate le supo a gloria.
Los blanquiazules comenzaron con ganas de ofrecer un triunfo a una afición que sigue sin abandonar a los suyos. Y, como en las últimas jornadas, los de Víctor empzaron bien. Salieron al verde con intensidad, pero no lograron crear peligro sobre la portería de Diego Mariño.
Cifuentes fue uno de los jugadores más activos en el primer acto. El lateral del Málaga buscó la profundidad por la banda derecha pero no encontró ningún compañero que pudiese aprovechar los constantes envíos al área.
El cuadro de José Alberto López se defendió con contundencia de los envites locales. Sin embargo, no propuso absolutamente nada en el juego ofensivo. Un disparo de Nacho Méndez a cinco metros de la meta de Munir fue lo más cerca que estuvo perforar la portería rival antes del descanso.
Los visitantes asumieron más riesgos tras la reanudación y aparecieron huecos entre las líneas defensivas de ambos conjuntos. El partido se abrió, pero la mayor parte de los acercamientos terminaron en disparos lejanos que se marcharon desviados.
En las filas locales, Adrián volvió a echarse el equipo a la espalda, pero no encontró la fortuna necesaria para inaugurar el marcador. A falta de un cuarto de hora para el final, mandó al larguero un centro al área de Luis Muñoz.
El Málaga continuó intentándolo hasta el pitido final, pero no fue capaz de lograr la primera victoria de la temporada en La Rosaleda. El Sporting también tuvo sus oportunidades en la prolongación, pero Munir se convirtió en protagonista y al menos logró salvar un empate para los locales que no sirve de mucho a ninguno.