El Mallorca dio este domingo un puñetazo encima de la mesa en la lucha por el ascenso directo a Primera División. Un triunfo capital, sobre todo, después de la derrota de la pasada jornada frente al Espanyol, segundo clasificado.
Los bermellones superaron a un Almería que tenía en su mano alcanzar el liderato, pero desperdició la segunda oportunidad consecutiva. Este miércoles tampoco pudo frente al Leganés (3-1), con cero de seis puntos para ellos.
Los de José Gomes tuvieron muchos problemas para generar peligro sobre la portería rival, ya que el Mallorca no mostró signos de romperse en ningún momento del encuentro. Y el mal pudo haber sido mucho mayor, ya que Giorgi Makaridze fue el mejor en el combinado visitante.
El guardameta georgiano monopolizó los primeros minutos del partido repeliendo todos los balones que se le acercaban. Ni Dani Rodríguez ni Salva Sevilla lograron batirle en un muy buen primer tramo de los de Luis García.
Pero donde no pudo hacer nada Makaridze fue desde los once metros. Maras tapó un disparo rival con el brazo dentro del área y Abdón Prats, con sangre fría, puso el 1-0 en el electrónico al filo del descanso.
El Almería intentó firmar el empate tras el paso por los vestuarios, pero acusó su falta de gol en ataque. Umar Sadiq, que protagonizó una curiosa anécdota con Brian Oliván, no estuvo a la altura y los suyos le echaron de menos. Y mucho.
Y con los indálicos pensando en cómo podían generar ocasiones de gol, el Mallorca firmó el segundo con un gol de museo: Amath Ndiaye robó y cedió para Abdón Prats, este para Salva Sevilla y el experimentado centrocampista lo convirtió en oro: sentó a dos defensores rojiblancos con un gran recorte y puso el 2-0 en el marcador.
Los de José Gomes, como él mismo gritaba desde la zona técnica -"hay tiempo"-, siguieron intentándolo hasta la conclusión del encuentro, pero los bermellones recuperaron su solidez defensiva para dejar su portería a cero y mantenerse en lo más alto de la tabla.