Cuatro goles y tres asistencias en los últimos cuatro partidos. Dos semanas consecutivas en las que Gareth Bale ha entendido las críticas de Mourinho y ha dado un paso hacia adelante.
El gran periplo de Bale comenzó en su partido contra el Wolfsberger, en la ida de los dieciseisavos de final de la Europa League. En ese choque marcó un gol y dio otro de los cuatro que metió el Tottenham.
Contra el West Ham salió en la segunda mitad y revolucionó el partido. Asistió a Lucas Moura para recortar distancias y le dio al palo en lo que pudo haber supuesto el empate.
Volvió a mojar Bale en la vuelta contra el Wolfsberger, pero si hubo un encuentro en el que destacó, ese fue este domingo contra el Burnley, con un doblete y una asistencia.
Sus mejores números desde 2018
Los cuatro partidos consecutivos con goles o asistencias evocan a tiempos anteriores, en los que el galés era feliz en el campo. Hacía dos años y medio que no veía esos números.
En solo dos semanas ha marcado los mismos goles que en el resto de la temporada y dado más asistencias en el mismo tramo. Y es que las críticas de Mourinho han hecho efecto.
Bale no acumulaba cuatro encuentros con goles o asistencias desde agosto de 2018, al inicio de la campaña 2018-19. En aquel entonces, enlazó el galés la Supercopa de Europa y las primeras jornadas de Liga
En ese tramo de medio mes, Bale dio una asistencia contra el Atlético de Madrid, un gol contra el Getafe y el Leganés y un gol y una asistencia en la victoria ante el Girona, todo ello con el Real Madrid.
¿Su futuro?
Gareth Bale tiene que volver al final de la presente temporada a las filas del Real Madrid. Las buenas actuaciones del futbolista galés puede hacer que el conjunto blanco se piense su futuro más cercano.
Sin embargo, las dos últimas temporadas del extremo en el cuadro español hace que se sea poco optimista con respecto a su presencia en la plantilla de Zinedine Zidane, más aún con el fichaje de Eden Hazard para ocupar uno de los extremos.
De esta forma, y si el Tottenham no hace efectiva la opción de compra, el Real Madrid se enfrentará a un verano en el que tendrá que dar salida a un jugador con un potencial enorme, pero también con un gasto excesivo.