Pese a ser el estandarte iraní, la presencia en el grupo de la Portugal de Cristiano parece eclipsar los problemas que puede tener España en Rusia. Pero hay peligros más allá de los lusos, entre ellos, el delantero de 23 años. De hecho, ya sabe lo que es marcarle a un equipo español.
Lo hizo en la pasada Champions ante el Atlético en el Calderón, cuando militaba en las filas del Rostov ruso. Ahora juega en el Rubin Kazán y muchos le han concedido el apodo del 'Messi iraní' por su similitud, siempre salvando las grandes distancias, y su importancia dentro de la Selección.
Además, al igual que Leo, dejó por los suelos a Boateng en la pasada Champions. Tras su buen papel continental, no fueron pocos los equipos que se han interesado por él, entre ellos varios de la Premier y, en particular, un Liverpool que le sigue desde hace año y medio.
El pasado curso acabó la temporada con 12 goles y tres asistencias, pero en su nuevo equipo no empezó siendo titular indiscutible. Sin embargo, la reanudación tras el parón invernal de la Premier Rusa ha propiciado la mejor cara de Sardar, que acumula cinco tantos y dos asistencias en los siete últimos partidos.
A sus 23 años, suma 110 partidos en la Liga Rusa, en los que lleva 29 goles y nueve asistencias, según los datos de 'ProFootballDB'. Empezó con 18 años su aventura en el país organizador del Mundial, precisamente, en su equipo actual. El Rostov le dio minutos para que siguiera su evolución y, ahora, pasa su mejor momento en uno de los equipos importantes del torneo antes de guardar las esperanzas iraníes en el Mundial.