Buena primera parte del Mirandés, que desde el principio asumió el protagonismo del choque, controlando la pelota e intentando imprimir un ritmo frenético al juego, un escenario en el que el Valladolid no terminó de sentirse cómodo en ningún momento.
Sin embargo, a los de Terrazas les faltaba cierta profundidad para transformar ese dominio inicial en ocasiones de peligro y fue el conjunto pucelano el primero en acercarse a la portería rival, gracias a la movilidad en tres cuartos de Renella y Villar.
Eso sí, ni uno ni el otro fueron capaces de abrir el melón y acabó siendo el Mirandés el encargado de marcar el primero después de varios acercamientos de peligro de Carlos Moreno y Ion Vélez bien atajados por Kepa.
En el 25, Alain puso una falta lateral al primer palo, donde apareció Galán para aprovechar el barullo y rematar lejos del alcance del cancerbero vasco.
El gol dio alas a los rojillos, que a partir de ese momento terminaron de afianzar su dominio frente a un Valladolid que se vio superado en todas las facetas del juego.
Los de Miguel Ángel Portugal no fueron capaces de anular las líneas del rival y ofrecieron un juego demasiado inconexo e incluso precipitado, que propició la aparición de errores en lugares comprometidos.
En esa situación, el Mirandés no tardó mucho en marcar el segundo gracias a un gran cabezazo medido de Provencio a centro de Eguaras ante el que poco o nada pudo hacer Kepa, que vio cómo el balón se colaba por la escuadra del palo largo tras golpear en el interior del larguero.
Así, y a pesar de que los hombres de Portugal volvieron al terreno de juego con una marcha más y pudieron recortar diferencias con dos grandes ocasiones de Roger y Mojica en los primeros compases, lo cierto es que la sensación de mejoría duró apenas un suspiro y el Mirandés volvió a hacerse pronto con el dominio de la pelota.
A partir de ahí, los de Terrazas sólo tenían que terminar de sentenciar el choque para evitar cualquier sorpresa y, tras varios acercamientos de peligro de Sangalli y Provencio, fue Álex García el que destrozó cualquier sueño de remontada pucelana rematando en el segundo palo un disparo mordido de Eguaras.
Ya en el 85, el propio extremo vizcaíno regaló el cuarto a Aridane, que marcó a placer su primer tanto con la camiseta mirandesa, mientras que Guzmán maquilló el marcador desde los once metros en el tiempo de descuento.