Los blancos no juegan el Mundial, pero sí que están acostumbrados a protagonizar grandes golpes de mercado una vez termina la competición. La Copa del Mundo es cosa del Madrid y eso queda reflejado en los cinco grandes fichajes que llegaron al equipo blanco tanto en el verano de 2010 como el de 2014.
El Mundial es un escaparate como ningún otro torneo. Brillar en la que posiblemente sea la competición más exigente que existe es sinónimo de tener un gran futuro, por lo que los blancos siempre están muy atentos a los jugadores que consiguen despuntar.
Sudáfrica por partida triple
Pasó en 2010 por partida triple. Con Mourinho al mando, el Real Madrid se hizo con los servicios de tres futbolistas que destacaron en Sudáfrica: Mesut Özil, Sami Khedira y Ángel Di María.
Alemania consiguió llegar a semifinal, donde se vio las caras con la España que la apeó de luchar por el primer puesto a causa de un gol de Puyol. En el equipo teutón ya destacaba un joven Özil, que con 21 años se ganó la titularidad en la 'mannschaft'. Por aquel entonces militaba en el Werder Bremen, pero sus tres asistencias, su gol y su demostración de creatividad en Sudáfrica hicieron que Florentino invirtiera 18 millones de euros por él.
En la misma selección se encontrataba Sami Khedira, otra de las sensaciones del momento en tierras germanas. Sólo había jugado cuatro partidos con la selección absoluta hasta el comienzo del torneo (ninguno de ellos oficial), pero fue titular en los siete choques de su equipo y anotó un gol que sirvió para que Alemania se llevara el tercer puesto ante Uruguay. Llegó semanas después a Madrid procedente del Stuttgart a cambio de 14 'kilos'.
También jugó la totalidad de los partidos de Argentina, que casualmente cayó ante Alemania en cuartos de final, Ángel Di María. El 'Fideo', que por aquel entonces militaba en el Benfica, era casi un desconocido para el fútbol mundial que aprovechó el tirón del torneo para hacerse un nombre. Mourinho no le quitó ojo y fue el principal valedor de su llegada por 30 millones al club blanco.
En Brasil, dos... pero qué dos
Un refuerzo menos llegó tras el Mundial de 2014. En Brasil hubo un jugador que brilló por encima de casi todos, James Rodríguez, y una selección que consiguió tocar el cielo, Alemania. De ambos valores sacó tajada el equipo blanco.
James Rodríguez era un joven de 22 años que, tras dejar grandes sensaciones en el Oporto, dio el paso a la Ligue 1 de la mano del Mónaco. Tras un gran año, llegó el Mundial y ahí estalló. Marcó seis goles y repartió dos asistencias en cinco partidos. Sólo la Brasil de Neymar pudo evitar que siguiera llevando a Colombia en volandas. Florentino no perdió la oportunidad y le tendió un cheque de 80 millones al Mónaco que sirvió para vestir de blanco al máximo goleador de la edición del torneo.
El otro fichaje 'Mundial' fue Toni Kroos. Este caso fue diferente, ya que el alemán era un jugador que ya se había dejado ver por Europa con el Bayern de Múnich. No obstante, sus dos goles ante Brasil en el mítico 1-7 y el haber jugado la totalidad de los minutos de su equipo le abrieron las puertas al conjunto blanco, al que llegó por tan solo 25 millones de euros.