Aunque el propio jugador desmentía semanas atrás su regreso al club francés, la posibilidad de volver a Marsella está más que nunca en el aire.
Y es que los directivos de su actual club, el Crystal Palace y el presidente Eyraud miran con lupa la situación del portero congoleño, que durante varias temporadas jugó con el Olympique tras formalizarse un contrato de permanencia de cuatro años por el que abonaron 2,9 millones de euros.