La igualdad reinó durante los 90 minuyos del encuentro. Ambos equipos se vigilaron en exceso, lo que provocó que los dos clubes contasen con escasas ocasiones durante el periodo reglamentario.
El Oporto inquietó más a Rui Patricio que el Sporting de Lisboa a Casillas. En total, el cuadro visitante disparó tres veces a puertas por una del conjunto local, aunque el partido finalizó con un 0-0 en el luminoso.
El encuentro se fue a la prórroga, pero ninguno de los dos clubes iba a lograr marcar el primer tanto del choque y, por lo tanto, la victoria. Los once metros terminaron por decidir al finalista.
Iker Casillas paró dos penas máximas, una a Coates y otro a Carvalho. Sin embargo, Herrera, Aboubakar y Brahimi fallaron y condenaron al Oporto, que perdió tras el gol de Bryan Ruiz.