Estaba empatado a un gol el Castilla-Atlético de Madrid B cuando en una falta lateral pegada al área de Belman, al poco de volver del descanso ocurrió algo que cambió por completo el partido.
Los agarrones típicos de un saque de esquina se reprodujeron en esta ocasión con más intensidad, magnificados por el hecho de tratarse de un derbi de filiales.
Ayoub, temiendo perder la marca del atacante rival, se olvidó por completo de lo que estaba haciendo y procedió a agarrarle. El futbolista del Atleti B no lo dudó y se desplomó.
Y el colegiado completó el capítulo decretando la pena máxima a favor del Atlético de Madrid. Un penalti que indignó al madridismo y con cambió por completo el curso del encuentro.
Consideran que el agarrón o bien no existió (cosa que parece desmentida al ver la repetición de la jugada), o bien no fue para tanto, asegurando que el 'colchonero' se tiró al notar contacto (algo bastante más probable).
20 de enero de 2019
Lo único cierto es que el penalti se pitó, se lanzó, se marcó y desquició al Castilla. Fruto de eso fue la expulsión de Javi Sánchez, capitán 'merengue' tras enzarzarse en un rifirrafe con Mollejo.
El futbolista atlético le sacó de sus casillas con una falta a Ayoub y un posterior desplazamiento de balón, y el capitán del Castilla le propinó un fuerte empujón. Mollejo no lo dudó, se fue al suelo y aceptó la clásica justicia que se imparte en estos casos, una amarilla para cada uno. Porque él veía la primera, pero la de su rival era la segunda que le era mostrada.
Con diez el Madrid nada pudo hacer para remontar el partido y acabó claudicando, y viendo aún otra roja. Un partido para olvidar del Castilla que muchos recordarán por ese penalti que, a su juicio, nunca debió ser pitado.