El Pocho Guzmán, o cómo un falso positivo en dopaje casi arruina su carrera

La de Víctor Guzmán es una historia que, en su momento, conmocionó al fútbol mexicano y que, a pesar de que ya hace tres meses que volvió a competir, aún se desconoce qué fue lo que ocurrió con exactitud. Ni Pachuca, su club, ni la Liga Mexicana ni el propio futbolista explicaron lo sucedido de forma oficial.
Tras cuatro temporadas con los 'Tuzos', el 12 de diciembre de 2019, Chivas llegó a informar de forma oficial su llegada a la plantilla. Uno de los jugadores con mayor proyección del fútbol mexicano y un fichaje que nunca se llegó a producir.
Varios días después, el presidente de la Liga Mexicana, Enrique Bonilla, confirmó que el Pocho Guzmán quedaba inhabilitado por un positivo en dopaje. Al mediapunta le pudo haber caído una sanción desde los 12 meses y hasta los 24, pero, finalmente, se quedó en nueve.
Según informó 'Goal', la sustancia que pudo haber tomado el futbolista de Pachuca es un alcaloide, un elemento producido a partir de plantas naturales y del que se pueden formar otras drogas como heroína, peyote, opio u morfina.
Entonces, al conocer la noticia, Chivas y Pachua acordaron la cancelación su traspaso e incluso el primero de estos dos clubes procedió a la devolución del pago inicial de dos millones de euros que había acordado por la operación -de diez millones de euros en total-.
Y solo nueve meses después, cuando la sanción podía ser de uno o dos años, Víctor Guzmán se calzó las botas, se vistió de corto y participó en el Pachuca-Mazatlán del 25 de agosto de 2020. Un encuentro en el que, además, marcó el tanto de la victoria desde los once metros, en el 92'.
Su situación no quedó muy clara, aunque la mayoría de los medios locales deducieron que el Pocho Guzmán, finalmente, había dado negativo en una segunda prueba y que, por tanto, no había inquebrantado el Código Mundial de la Agencia Antidopaje (WADA). Los 275 días que estuvo sin jugar, no osbtante, nadie se los podrá devolver.