Casi seis partidos y medio hicieron falta para que el PSG encajase un tanto en la Copa de Francia. Fue en la final y ante el Rennes, aunque la diana no fue obra de ningún jugador rival.
La jugada se forjó por la banda derecha. Traoré subió el cuero para el Rennes y cuando llegó a la altura del área, puso un centro a media altura buscando a un compañero.
Pero al que encontró fue a Kimpembe. El central francés, en un intento por despejar el cuero, acabó empujándolo a su propia portería. No pudo reaccionar Areola y el tanto subió al marcador.
27 de abril de 2019