"Me defino como un ultra del Olympique. Desde chico me gusta este equipo y lo apoyo desde que soy niño. Estoy en el primer grupo ultra de Francia, el Comando Ultra 84", comenzó diciendo Santos Mirasierra.
Su nombre saltó a la primera línea informativa cuando en 2008, en una visita del Olympique de Marsella al Calderón, fue detenido y posteriormente condenado a tres años y medio de cárcel por agredir a un agente de policía.
Estadio Vicente Calderón, 1 de octubre de 2008
Unos hechos que nunca fueron probados para él. Cargó con las culpas al ser el único identificado por la Policía en los incidentes, en los que un agente resultó herido por un sillazo presuntamente lanzado por Santos, aunque nunca quedó demostrado que él fuera el agresor.
"Yo defendí nuestra pancarta, que decían que era fascista y conociendo a las personas del equipo no era así; es más, la primera persona que pegó a un policía fue un negro de nuestro grupo, que no lo hubiese hecho si de verdad fuese racista", rememoró.
Nunca ha ocultado que sí golpease a un agente. "Yo defendí a una chica y dicen que le tire una silla a un policía y no fue así, sí que le empujé, pero no tiré ninguna silla", explicó a continuación.
"Las autoridades mintieron, yo sé lo que pasó, ellos no sacaron imágenes porque no pasó, lo que he hecho lo he dicho, pero lo de la silla no pasó", añadió, defendiendo su inocencia.
Condenado a prisión
Tras un largo juicio, Santos Mirasierra fue condenado a tres años y medio de prisión. "En España estuve dos meses y medio en prisión, luego en Francia estuve fuera al principio y tuve que volver a la cárcel cuatro meses y luego me pusieron un brazalete donde sólo podía ir a trabajar. Después estuve otro año sin poder entrar en un estadio", respondió.
Rememoró el momento de su detención. "El trayecto desde el estadio del Atlético al cuartel fue duro, las esposas muy fuertes, me metieron en un ascensor y me pegaron y un Guardia Civil se acabó poniendo por medio y le dijo al policía que no me tocase más", reveló el hincha galo.
"En la comisaría fue más tranquilo, me miraron la herida de la cabeza que la tenia abierta y no hubo más problemas", explicó después.
Santos Mirasierra se esfumó de las noticias cuando fue extraditado a Francia para cumplir el resto de su condena, hasta que fue identificado en los alrededores de San Mamés, en la visita del Olympique en 2018.
Reaparición en San Mamés
En Bilbao me molestaban las cámaras, porque luego la gente dice lo que quiere. La imagen le meten lo que quieren debajo y prefiero no leerlo", explicó.
"En Bilbao sé que cuando la gente fue a entrar al estadio hubo problemas, pero yo me quede todavía en el bar sin nada del Olympqiue y no quería estar en medio. Yo me quede en el bar con un anciano del Olympique y fui al estadio en el ultimo momento", dijo al respecto de los incidentes.
El apoyo de Zidane
Pocos lo recuerdan, pero Zinedine Zidane, hoy entrenador del Real Madrid, intercedió por él cuando estaba siendo juzgado. "Nunca tuve contacto con Zidane, me sorprendió que actuase, pero es un hijo de Marsella, aunque nunca ha jugado en el Olympique, pero conoce a la gente de aquí y por eso creo que le sorprendió el suceso", dijo Mirasierra.
Optimista de cara a la final
Aclarado el pasado, toca mirar al futuro, a la final de Lyon. Dejó claro que no espera incidentes. "Lo que pasó en 2008 no fue con la gente del Atlético de Madrid, no tenemos nada contra ellos, después los periodistas montan un barullo que no ha pasado, queremos que la final sea una fiesta", comentó.
"Los problemas que he tenido en Madrid han sido en el Calderón, pero no con la afición del Atlético, si no con la Policía", matizó Santos Mirasierra a continuación.
Negó que se esté gestando una batalla campal, aunque no puede descartar que se produzcan incidentes. "Eso puede pasar en cualquier partido, riesgo hay en todos los partidos, pero nosotros vamos para que sea una fiesta, no me gustaría que hubiese una pelea y perderme la final", dijo.
"Nosotros vamos a ir directos hacia el estadio y comer, el campo del Lyon está muy lejos del centro y es muy complicado ir al centro y luego en autobuses al estadio que está a 20 minutos", explicó después.
"Se está montando todo cuando entre las aficiones de la final no ha habido nunca problemas, se está formando una muy grande, se ha creado una película como si esto fuese una guerra", apuntó también.
Mirasierra y el movimiento ultra
Por último habló de sus compañeros, los ultras del Olympique de Marsella, catalogados como unos de los más violentos de Europa. "Para mí no somos violentos, en España se ve una bengala y entiendo que están prohibidas, pero no es violencia", respondió.
"Violencia es una pelea, pero no encender una bengala. Yo he viajado a países del este y es más duro", afirmó Mirasierra.
Y por último explicó que el club sí vendió entradas de la final a los ultras. "Una parte de las entradas las reparte cada grupo ultra, pero el Olympique de Marsella reparte al resto de la afición también", explicó.
"Las 11.000 entradas han volado y no se si ira gente sin entrada, alguno lo hará, pero no creo que sea lo habitual", agregó Santos Mirasierra, para finalizar.