El PSG es el culpable de muchas cosas. Hace dos años, tras firmar el cheque más grande jamás visto por un futbolista, hizo algo más que quitarle Neymar al Barça. Creó una burbuja cuyo peaje será difícil de frenar. La inflación de precios en el mercado sigue trayendo cola.
Como hubo que empezar a pagar precios más altos, se puso más complicado cumplir con los rigores de la UEFA. Además, la institución europea se puso mucho más firme tras ese magnámino desembolso que hizo el PSG hace dos veranos y apretó más las condiciones para los clubes.
Tras los 222 'kilos' por Neymar, el capricho de Mbappé, el nuevo niño bonito del fútbol que se había salido en el Mónaco, se ponía imposible. Pero a los responsables financieros y negociadores del club parisino se les encendió la bombilla: pactaron una cesión con opción de compra obligatoria el año siguiente por valor de 180 millones.
Y obstáculo salvado. Desde entonces, no solo han proliferado los préstamos, sino que han tenido como protagonistas a jugadores de gran caché que en otros tiempos habrían tenido muy complicado haber salido en forma de préstamo. Es el caso de Coutinho (del Barça al Bayern), Alexis Sánchez (del United al Inter) o Mkhitaryan.
Ya meses atrás había empezado a percibirse ese cambio con las cesiones de James Rodríguez, Alcácer, Kovacic, André Gomes...
Incluso de un verano a otro hay quien ha experimentado el viaje de doble sentido: Lo Celso llegó cedido al Betis por el PSG y terminó pagando su opción de compra. Semanas atrás, lo mandó a préstamo al Tottenham, que estará obligado a adquirir el 100% de sus derechos si se clasifica para la Champions.
Lo mismo se puede decir de los grandes equipos del continente, que históricamente han acudido a las cesiones para dar salida temporal a sus jóvenes talentos y así foguearse o a los tipos que no tenían hueco en ese momento.
Este verano, Barça, Real Madrid, Bayern, Milan, Inter y PSG no han dudado en recurrir a esa práctica. La lista se hace mucho más extensa sumando a otros históricos del segundo escalón (Arsenal, Roma, Tottenham, Eintracht...).
El PSG no solo fue el 'creador' de este nuevo escenario, es que lo ha explotado hasta el límite. El día de cierre del mercado, sin ir más lejos, prestó a Areola al Madrid y a Jesé al Sporting de Lisboa. Y recibió a Icardi (Inter) y a Sergio Rico (Sevilla). También estuvo sopesando con el Barcelona la cesión de Dembélé.
La fórmula incluso ha evolucionado este verano: el intercambio de cesiones. Además de que dos clubes solucionan así el equilibrio de caja, genera una plusvalía al fijar cada entidad el valor de mercado que quiera oportuno, como ocurrió con el trueque entre Cillessen y Neto o el reciente de Ante Rebic y André Silva.