Aunque la Copa no es prioridad para un equipo que sueña con la Champions que tanto se resiste desde hace años, cualquier título francés es obligatorio para la gran apisonadora de Thomas Tuchel, pero este miércoles, el PSG no terminó de estar a la altura.
Si bien es cierto que no estuvieron sobre el campo algunos de los pesos pesados desde el inicio, el PSG comenzó el partido con jugadores de la talla de Draxler, Di María, Meunier, Marquinhos, Bernat y Paredes. Y lo hizo ante un Tercera División.
El partido solo tuvo un color: el blanco que vestía el PSG en el Stade Groupama. El cuadro de la capital francesa tuvo en casi la totalidad de partido un 70% de la posesión y las estadísticas hablan por sí solas: terminaron el partido con 23 tiros, siete de ellos a puerta, ante los seis del Villefranche (ninguno a portería).
Pero la puntería les falló durante los primeros 90 minutos y el partido se fue a prórroga pese a la entrada al campo de jugadores como Kylian Mbappé y Edinson Cavani.
Una vez llegada la prórroga, el físico se impuso y el Villefranche acusó la diferencia de nivel y el encuentro se desequilibró por completo. Draxler anotó en el 102' y Diaby hizo lo propio en el 113'. Cavani mató con el 0-3 a un minuto del final, arrancando de cuajo las esperanzas del Villefranche.