La 'premiere' del Spotify Camp Nou no fue del gusto del espectador. Pese a dominar, pese a tener las mejores ocasiones, pese a los estrenos, la sinfonía no llegó a afinarse por completo.
Se puso el traje, las lentejuelas, pero le faltó lo más importante, la puntería para definir y llevarse los tres puntos. Todo ante un Rayo de invitado de excepción que, finalmente, asaltó el Camp Nou.
Una noche de estrenos
Todas las miradas estaban puestas en el verde. Allí, esperaba un Robert Lewandowski que esperaba estrenarse con una alegría, pero que acabó por claudicar en su primer partido en Primera División.
El polaco tuvo poca interacción con sus compañeros. Más tuvo un Raphinha al que poco a poco se le fue acabando la gasolina. El brasileño fue el mejor hasta que Xavi le dio un regalo al Rayo, al cambiarlo de banda y poner a Dembélé en la derecha.
Las internadas del ex del Leeds hicieron mucho daño a un Rayo Vallecano que sobrevivía estoicamente a las acometidas azulgranas, sin saber cómo el marcador aún iba 0-0.
¿El último baile de De Jong?
La inclusión de Frenkie de Jong fue un soplo de aire fresco a un Barcelona que se había quedado con pocas ideas. Ni Gavi ni Pedri estuvieron lúcidos, algo normal a estas alturas de la temporada. El neerlandés sí tuvo la clarividencia que necesitaban los de Xavi.
En el que pudo ser su último partido en el Camp Nou, el neerlandés demostró ser un activo muy valioso. Se aprovechó del cansancio del Rayo para presionar arriba y regalar ocasiones al tridente ofensivo.
La ovación de la noche fue para Ansu Fati. El oijto derecho del barcelonismo ha dejado atrás las lesiones para ser importante. Desde el banquillo, entró para provar a un Dimitrievski que se hizo gigante bajo palos.
El mal recuerdo del primer día del nuevo Barça quedará marcado, además, por la expulsión de Busquets. El capitán pecó de novato y se marchó antes de tiempo con una doble amarilla que le impedirá estar en Anoeta.