La victoria del Rayo Vallecano frente a la SD Huesca en casa dejó a los madrileños a solo dos puntos del 'play off'. Una situación mejorable, pero que puede considerarse bastante positiva si se tienen en cuenta todas las adversidades ante las que se han enfrentado los de Paco Jémez.
La plaga de lesiones ha sido uno de los principales obstáculos del cuadro franjirrojo en el presente curso y la falta de recambios ha dejado a la plantilla bajo mínimos. Emiliano Velázquez, Bebé, Santi Comesaña o Leo Ulloa son algunas de las bajas de larga duración.
El 'caso Zozulya' también generó una gran controversia y todavía queda pendiente fijar una fecha para que se reanude el duelo ante el Albacete. A esto habría que sumar la inestabilidad que sufrió el equipo madrileño en el banquillo.
Paco Jémez apuntó en la rueda de prensa previa al partido frente al Oviedo que su cargo estaba en el aire. "La cosa pinta fea y es posible que no ganar allí desemboque en cualquier cosa, que quizá no, pero puede acabar con un cambio de entrenador en el Rayo", destacó.
La relación entre el técnico y la directiva tampoco ha sido la ideal. "La decisión de hablar con el presidente es mía. Yo elijo la persona con la que quiero conversar, mi idea se basa en muchas cosas y a cada día que pasa más me reafirmo", apuntó ante los medios.
El último escándalo en estallar en Vallecas fue el 'caso Advíncula'. Salieron a la luz unos audios en los que David Cobeño, director deportivo de la entidad, hablaba de unos presuntos impagos al futbolista. Esto derivó en un ambiente tenso que aún dura en Vallecas.