El Rayo Vallecano se ha dado la primera gran alegría de la temporada. Si ya se fue con un buen sabor de boca por el empate en el Camp Nou, este viernes volvió a Barcelona para llevarse la victoria en el choque con el Espanyol.
El conjunto franjirrojo ya no visitará más la Ciudad Condal hasta la segunda parte del curso y se marchará de tierras catalanas tras haber tocado las palmas. Cuatro puntos ha sacado entre el Barcelona y el Espanyol.
En el RCDE Stadium se vivió un encuentro de lo más tenso e intenso. La primera mitad estuvo marcada por las amonestaciones y una temperatura y un juego excesivamente duro. A los 16 minutos ya se vio al primer expulsado.
Lejeune vio la segunda tarjeta amarilla al sacar el brazo a pasear y golpar a Joselu. Antes, Sergi Gómez falló un gol justo delante de la portería. A un metro y poco, su cabezazo se marchó rozando el poste y hasta golpeó en en la teral de la red.
A la media hora regresó la igualdad numérica. Sergi Gómez perdió los papeles, se desentendió del balón y agredió, como así lo entendió el árbitro, a Camello. El trencilla fue a revisar la jugada al monitor y no tuvo dudas para sacarle la roja directa.
Hubo de todo. Fue como esa película que te pega al sofá. El Rayo fue poco a poco poniendo el encuentro en su sitio mientras que el Espanyol se hacía más tímido y menos activo.
En una jugada ensayada, a Isi le devolvieron el balón tras un saque de falta cerca del área y este hizo uno de los goles de la jornada. El del Rayo chutó con la zurda, el balón hizo una curva y se coló por la cepa del poste. Poco pudo hacer Lecomte ante un lanzamiento de matrícula de honor. Si esto lo hace Grealish u otro, sería el triple de visto.
Con pocos más, los jugadores se fueron a vestuarios. La segunda mitad arrancó con un disparo de Camello y varios cambios hasta que el Rayo logró poner tierra de por medio gracias a un pequeño desajuste defensivo.
Álvaro García logró sacar un centro de la muerte al que llegó Ciss casi en el segundo palo. El del Rayo remató completamente solo y colocó el segundo antes de lo que fue casi una avalancha 'perica'.
En lo que se puede apoyar el Espanyol es en la mala suerte que tuvo. Y no es para menos. Edu Expóstivo se encontró con el poste, al igual que Puado. aunque este lo hizo en dos ocasiones.
El Espanyol pudo empatar e incluso remontar si hubiera tenido una pizca más de puntería, ya que los dos remates de cabeza de Puado impactaron en los palos. Al final, el Espanyol cayó mareado en casa ante un Rayo al que sí le salieron las cosas.