En el minuto 68', arreciaron los cánticos contra los napolitanos. Estos gritos discriminatorios a nivel territorial son frecuentes. Pero Rocchi no dudó en parar el encuentro.
A pesar de las advertencias del colegiado, los aficionados más radicales de la Roma siguieron con sus burlas e insultos. Rocchi tomó una decisión firme tras los avisos: parar el partido.
Edwin Dzeko, capitán de la Roma, pidió a sus aficionados que aplaudieran y animaran para solapar estos cánticos racistas. A Dzeko se le unieron sus compañeros.
Durante estos instantes de tensión, también se escucharon algunos lamentables gritos de mono y "buuu" contra Koulibaly. El central se quejó a Rocchi.
En Italia se han tomado en serio lo de controlar las actitudes que fomentan el odio. El reputado árbitro Gianluca Rocchi quiso atajarlos al momento. Al final, la Roma logró ganar 2-1 al Nápoles.