Empieza a llegar el tramo del calendario en el que los puntos que se quedan atrás duelen más. El Sporting, en zona roja, se dio un impulso tremendo para colocarse en posiciones más naturales. Lo hizo a costa de un Fuenlabrada que empezó siendo mejor pero que acabó hincando la rodilla para sumar una nueva jornada sin triunfo.
Fue el Fuenlabrada saltó quien mostró mejor puesta de largo en el partido. Hasta cuatro ocasiones llegaron a disfrutar los de Mere para abrir la lata en el primer cuarto de hora, pero el mal de puntería volvió a evidenciarse.
Caye, Nteka, Glauder... y nada. También Mariño hizo por evitar el tanto. Incluso ya cayó algún pito en El Molinón. Pero el fútbol es un montón de cosas que pueden quedar en nada cuando la pelota entra en la red. Y eso hizo Pedro Díaz. Además, con un golazo falta directa que limpió la escuadra izquierda.
Y nada como la medicina del gol para reflotar. El Sporting aterrizó de lleno y empezó a llegar en busca de un segundo que diera la calma. Fue Carmona el que estuvo más cerca, si bien se topó con la madera.
Babin pudo haberse ido incluso con un doblete, pero su falta de claridad en buenas posiciones dejaron con vida al Sporting. Más por esa sensación de aún estar vivo que por fútbol, el Fuenlabrada siguió en la pomada.
El último intento fuenlabreño llegó a dos para el final, pero ahí estuvo felino Mariño en el primer palo para evitar que parte del botín saliera de casa. Hubo seis minutos de añadido, pero solo sirvieron para que el aficionado rojiblanco paladeara otros tres puntos que permiten mantener esas sensaciones que son mucho mejores en casa que a domicilio.