El Sporting se reivindica ante una Ponferradina con la pólvora mojada

El Real Sporting visitó El Toralín para enfrentarse a la SD Ponferradina. Los locales ocupaban la octava plaza mientras que los visitantes llegaron como décimos clasificados de LaLiga Smartbank. Los de Gijón no conocían la derrota mientras que los blaquiazules ya cayeron en la anterior jornada.
El enfrentamiento comenzó con un claro dominio de los de Abelardo. El balón pasaba más tiempo por los pies de los de Jose Gomes. Sin embargo, tenían más peligro las ocasiones que planteaban los asturianos.
En el minuto 19, el Sporting convertiría el peligro en daño de verdad. Cuando Juan Otero consiguió anotar mediante un remate a un centro de Cota que entró placenteramente a ras de suelo al palo largo, que pilló a contrapie a Amir y no pudo detenerlo.
La calma duró pocos minutos en El Toralín. José Gragera levantó nuevamente a la afición de los de Gijón de los asientos. Un córner de Pedro Díaz que remató el canterano rojiblanco y no pudo detener el arquero puso el 0-2 en el luminoso en el 24'.
Los 20 minutos restantes de la primera mitad trataron de una Ponferradina herida que seguía lamiéndose las heridas mientras que los de Abelardo aprovechaban para coger aire e intentar alguna jugada por la banda que pudiese herir a los blanquiazules.
Después del descanso, los locales dieron entrada a Heriberto Tavares y Hugo Vallejo por Aldair y Edu Espiau. Los blanquiazules buscaron tener el balón y salir al ataque para tratar de revertir la situación con la posesión como piedra angular.
La dinámica del enfrentamiento no cambió hasta el gol de Agus Medina en el 71', tras un fallo garrafal de marca de la defensa asturiana que lo dejó solo en el punto de penalti, con asistencia de Erik Lacerda, que fue uno de los mejores jugadores de la Ponferradina.
Tras el tanto local, la intensidad del encuentro subía cada minuto que pasaba en El Toralín. Los de Jose Gomes siguieron dominando en todo momento y trataron de hacer el máximo daño posible, pese a que no lograron crear mucho peligro en la portería visitante. Sin embargo, Mariño apareció siempre que tuvo que hacerlo para salvar a su equipo.
Cuando menos los esperaba la gente, llegó el 1-3 del Real Sporting que puso ya fin a la ilusión del cuadro blanquiazul. Un fallo garrafal del arquero Amir, que casi se anota en propia puerta al recibir un pase de un compañero, que le regaló el balón a Zarfino en el punto de penalti para que anotase a placer en el minuto 94.
De esta manera, el Sporting consiguió asaltar la tercera plaza y entrar en la lucha por los puestos de ascenso directo. La Ponferradina cayó hasta la décima plaza que ocupaban previamente los astuarianos.