Situado casi en la frontera que separa las provincias de Madrid y Toledo, a él se llega después de atravesar ese sur capitalino que ahora vive un auge sin precedentes gracias al buen hacer sobre el terreno de juego del Getafe, del Leganés, del Fuenlabrada y del Alcorcón.
Pero mientras estas cuatro últimas se encuentran entre las cincuenta urbes con mayor población del país, El Álamo ronda los 10.000 habitantes. Todos ellos, eso sí, afrontan con ilusión una cita que será histórica.
El conjunto alameño disfruta actualmente del balompié de Tercera por sexta vez en su historia y juega los partidos en el Facundo Rivas, un estadio bautizado con el nombre de un ex presidente de la entidad cuyas 1.500 butacas quizás sean más de manera temporal cuando la elite llegue a visitarles dentro de varias semanas. Todo un lujo si se tiene en cuenta que lograron el último ascenso de manera reciente y que no siempre han podido presumir de la actual condición.
El privilegio ganado sobre el césped les permite cada fin de semana poner a prueba a equipos que bien por tradición, bien por capacidad económica, bien por la técnica individual de sus jugadores o bien por la masa social se ven casi como gigantes. En esta lista están por ejemplo el Navalcarnero, los filiales del Leganés y el Rayo Vallecano, el Carabanchel o el Alcalá.
Es el pan de cada fin de semana para un grupo de jugadores que defienden un escudo con orgullo y solo se libran de entrenar martes y sábado, dejándose las últimas fuerzas del día en el verde tras cargar con una jornada laboral a sus espaldas.
Como les sucederá a muchos que jueguen en este nuevo torneo, marcar goles y ganar duelos no paga al completo sus facturas de pluriempleados deportivos. Eso sí, ayuda a sanear las cuentas como en el caso del capitán Rubén Molina.
Residente casi toda su vida en la localidad madrileña, ejerce como aparcacoches en el restaurante 'El Urogallo' de Majadahonda. Junto a él se cambian en el vestuario profesores, repartidores o estudiantes.
"Es muy parecido, salvando las distancias, al fútbol profesional en el sentido de que ves a tus compañeros casi todos los días. Muchos trabajamos, los que no estudian. Y esto es un poco duro. Te vas a las ocho de la mañana de tu casa a trabajar y no vuelves hasta las once o las once y media de la noche. Pero los que amamos el fútbol y nos gusta tanto lo hacemos con mucha ilusión y muchas ganas", comenta a EFE.
"Nosotros el miércoles cuando pasó lo celebramos y estuvimos juntos. El jueves seguíamos hablándolo en el entrenamiento. Pero el viernes no se escuchó casi ninguna palabra y salimos a entrenar pensando en el partido de liga", asegura.
Rubén habla maravillas de Él Álamo: "Es un pueblo pequeño, acogedor. Personalmente me gusta mucho, estoy muy cómodo en él y no creo que me vaya jamás de allí. El club es más o menos lo mismo, modesto y con gente muy cercana. Poco a poco está creciendo por las cosas que le están pasando. Y que así siga", expresa.
Sobre lo que se va a encontrar el Mallorca, explica: "Algo a lo que no está habituado. Un equipo de Primera está acostumbrado a un césped espectacular, a un vestuario gigante, a unas duchas estupendas... Aquí es más modesto. El campo es de césped artificial, el vestuario es más pequeño y sin tantos lujos. Pero es tan acogedor o más que uno de Primera".
"En cuanto a la afición, es de Primera. Lo que a mí me hizo vivir esa gente el miércoles me emociona con solo recordarlo. No me lo esperaba en ningún momento de esa manera. Me hicieron sentirme por un día futbolista profesional", señala.
Además afirma que saldrán sin complejos: "Vamos a disfrutarlo, vamos a jugar contra un Primera en partido oficial, que es un premio ya enorme para nosotros. Pero eso no quiere decir nada, vamos a preparar ese partido para intentar ganarlo y pasar de ronda. Van a sufrir porque vamos a apretar, porque vamos a estar muy juntos y muy unidos. La afición va a llevarnos en volandas, seguro".
Cuando llegue el esperado día también será muy feliz Manuel López, vinculado al club desde hace más de 40 años y que actualmente ejerce de delegado o de lo que se le reclame. Esta auténtica enciclopedia del cuadro alameño destaca que por el banquillo pasó en su momento Pepe Mel, recuerda que allí hizo goles un trotamundos del fútbol madrileño como Gerardo Berodia y presume con orgullo del prestigioso torneo de fútbol base que organizan.
"En Tercera suelen venir unas 300 personas. Solemos jugar por la mañana y a los equipos pequeños la televisión nos está perjudicando mucho. Además aquí a la gente le gusta mucho la caza y suelen salir a cazar en ese horario", manifiesta.
"Esto es lo más grande, para mi y para todo el pueblo. Llevo toda la vida en el club, he hecho de todo lo que te puedas imaginar. He rastrillado el campo, he llevado la ropa y hasta he hecho de masajista. Sin cobrar un céntimo. A mi esto me compensa todos los esfuerzos que he hecho, me tira mucho mi pueblo y el equipo", afirma.
Asimismo, echa la vista atrás para rememorar la eliminatoria anterior: "El día de Las Pedroñeras fue un espectáculo. El campo estaba precioso, la afición estuvo de diez. La de ellos también. Yo hasta lloré de la emoción que me dio, estaba fuera de sitio. No esperábamos en la vida que viniese un Primera. Ha sido un premio que sabe Dios si se volverá a ver, maravilloso para el pueblo".