En agosto de 2017, el Paris Saint-Germain revolucionó el mercado de fichajes. Los parisinos protagonizaron la contratación más cara de la historia al pagar los 222 millones de euros de la cláusula se rescisión de Neymar.
Su rendimiento podría haber sido mucho más regular y determinante. Sin embargo, el enorme talento que atesora y la calidad técnica que le caracteriza han relucido en ciertas fases en estros cinco años, pese a sus lesiones y sus largas ausencias.