El Tenerife ha desdibujado al Valladolid, como hiciera una semana antes el Burgos. Dos llegadas, dos goles, gran defensa y completa anulación del rival para llevarse los tres puntos con total merecimiento.
Arrancó bien el partido el Valladolid. Volvía a ser el equipo que quería Pacheta, y parecía que lo de Burgos era cosa del pasado. Asumió la iniciativa del juego y suyas fueron las primeras acciones de peligro.
Pero entonces, cuando el Pucela empezó a mandar sobre el terreno de juego, su rival lo hizo en el marcador. No había apenas tenido el balón el Tenerife, y menos había creado ocasión alguna de peligro, y marcó el 0-1.
Fue en el 12', tras una contra que culminó Shashoua con un buen quiebro en el área y una mejor definición al palo corto que no pudo tapar Roberto. Protestó el Valladolid, porque la acción tuvo lugar con El Yamiq doliéndose sobre el césped, después de que Enric Gallego le hiciera la cama en un salto.
El colegiado no apreció falta, el Valladolid continuó la acción y no echó el balón fuera. El Tenerife tampoco lo hizo cuando robó, y pilló al Pucela a la contra y con un defensa menos.
Aquello dejó muy dolorido al central marroquí, que acabó siendo sustituido diez minutos después, justo tras la acción en que más cerca estuvo su equipo de marcar, con un remate al travesaño al que le siguió un posible penalti sobre Óscar Plano que no fue advertido como tal ni por el colegiado ni por el VAR.
Y de nuevo, cuando mejor estaban los locales, otro ataque aislado del Tenerife, otro tiro, el segundo en lo que iba de partido, y otro gol. Este, de Roberto en propia puerta a la media hora de juego.
Míchel hizo valer la 'ley del ex' cuando su tiro lo rozó el portero rival lo justo para que pegase en el poste, rebotase en su espalda y se metiera en su portería. Todo lo que le podía salir mal al Pucela le estaba saliendo peor que mal.
Este segundo gol también se anotó con un defensa local en el suelo tras llevarse un golpe, en este caso, Lucas Olaza. Y, como en el 0-1, ni el colegiado ni el VAR apreciaron falta alguna, y el tanto subió al marcador.
El Valladolid estaba reviviendo la pesadilla de la semana pasada. De nuevo estaba claudicando a golpe de contra ante un rival que no dejaba ni un solo hueco por el que hacerle daño.
El descanso llegó sin que el Valladolid lograra recomponerse del segundo tanto, y el juego se reanudó con un cambio táctico por parte de Pacheta: deshizo la línea de cinco atrás y metió un segundo delantero.
No le funcionó tampoco. De hecho, el Tenerife no sufrió nada de nada en el segundo tiempo, y no amplió su ventaja porque por momentos parecía que solo Roberto estaba dispuesto a mantener el honor blanquivioleta.
La paciencia del respetable de Zorrilla se acabó. Silbidos y abucheos dieron paso a socarrones 'olés' cuando el Tenerife empezó a mover la pelota con facilidad, sin que nadie presionase.
El Valladolid, candidato al ascenso, volvió a ser una caricatura de sí mismo, y volvió a ser lo contrario a ese equipo que se llevó tres puntos en inferioridad numérica en Lugo. Volvió a ser un equipo autocomplaciente como el de El Plantío, y, para colmo, Lucas Olaza acabó lesionado el encuentro.
El Tenerife, justo ganador, se coloca al menos de manera temporal en segunda posición. Lección de Ramis a Pacheta que permite al conjunto insular ganarse la candidatura a, como mínimo, el 'play off'.