La vida sigue igual en el Málaga, o se podría decir que peor incluso. El conjunto de Pablo Guede quedó muy tocado tras la derrota por 3-1 ante uno de sus rivales directo, el Tenerife, que aprovechó sus oportunidades y condenó, aún más, los intereses de un equipo que queda muy tocado tanto deportiva como anímicamente.
Y es que desde los primeros compases del choque se pudo ver el gran talón de Aquiles del Málaga: su defensa. Además, el cuadro visitante tampoco tuvo una especial clarividencia en ataque.
Y claro, con tantas cosas a mejorar, al final se vuelve en tu contra. El Tenerife buscó tener más el balón y poco a poco fue inquietando a Reina, que ya se hizo a la idea de que no iba a ser un encuentro sencillo.
De esta manera, el cuadro tinerfeño se puso por delante en el minuto 17 de la primera mitad por mediación de Enric Gallego. El delantero le pegó a reventar y el chut fue ligeramente desviado por Javi Jiménez para que el 1-0 subiese al electrónico.
La banda izquierda fue un auténtico puñal para el Málaga. Waldo trajo loco a Juanfran, que se les vio y se las deseó para intentar detenerlo. A pesar de ello, el Tenerife bajó un poco su intensidad inicial y comenzó a conceder más.
El cuadro blanquiazul acechó la meta de Juan Soriano y los últimos instantes de la primera mitad consiguió su premio. Álex Gallar se hizo con una pelota suelta a la altura del punto de penalti y sin dejarla caer, empalmó y fusiló al meta local para igualar la contienda.
El segundo tiempo comenzó con un intercambio de golpes entre ambos conjuntos. No obstante, una vez más, fue el Málaga el que se llevó la peor parte. Primero, Reina se vistió de héroe y salvó, por partida doble, a su equipo con dos magníficas estiradas.
Apenas dos minutos después, Bustinza vio la segunda amarilla por una entrada a destiempo e infantil, dejando a su equipo con diez futbolistas menos con más de 40 minutos por disputarse aún.
Guede quiso introducir cambios para evitar que el partido se le fuese, pero ya fue demasiado tarde. El Málaga desapareció por completo y sus llegadas al arco rival fueron con cuentagotas.
Para más inri, en el 74', el colegiado concedió la pena máxima a favor del Tenerife. Juanfran chocó mínimamente con Enric Gallego, que se dejó caer y el trencilla estimó suficiente el contacto como para señalar el punto fatídico.
El Málaga estaba totalmente roto y el descosido pudo ser aún mayor. Una vez más, la banda izquierda fue la condena para un conjunto andaluz que no se recuperó del golpe de la roja y que vio como Teto, VAR mediante, anotó el tercero al segundo palo y totalmente libre de marca tras un pase de Appiah.
No hubo tiempo para más y los dirigidos por Pablo Guede firmaron una nueva derrota que los deja en penúltima posición. Por su parte, estos tres puntos fueron vitales para un Tenerife que coge oxígeno y abandona los puestos de descenso.