Cech soñaba colgar la chichonera ganando la Europa League. El Arsenal trató de hacer su parte, pero en la segunda parte se diluyó como un azucarillo ante el acierto, que no empuje, del Chelsea.
El destino ha querido que el último partido de Cech haya sido ante su ex equipo, ante el Chelsea, club que defendió durante once temporadas y en el que alcanzó la fama mundial por sus paradas, pero también por el casquete que primero por necesidad y luego por costumbre empezó a lucir.
Cech fue víctima de Olivier Giroud, otro ilustre ex del rival. El delantero francés cambió de barrio en Londres en enero de 2018, por lo que no coincidió con Cech en el Chelsea. Sólo han sido rivales.
Giroud abrió la lata, y le hizo el primero con un genial cabezazo a Cech. El francés también participó en el que estaba llamado a ser la sentencia, forzando el penalti que Eden Hazard convertiría instantes después.
Y Giroud protagonizó, para darle al belga el cuarto tanto. Cech colgó los guantes en Bakú goleado, pero no por su culpa. A sus 37 años, el checo firmó una serie de paradas sensacionales que evitaron, sin duda, que el resultado fuera aún más abultado.
El portero checo no pudo evitar las lágrimas. Adiós a una trayectoria de leyenda que tiene un final un tanto paradójico: se vuelve al Chelsea para ser director deportivo.